La alta frecuencia directa aumenta la actividad de la capa base de la piel, refina la textura de la piel y mejora la defensa de la piel contra las bacterias. Tiene un efecto germicida y antibacteriano, debido a la formación de ozono.
Limita las secreciones sebáceas, seca y cura la infección pustular. Las impurezas se liberan por la dilatación de los poros de la piel. La mejora de la circulación sanguínea linfática y venosa, produce una textura de la piel mejorada y un equilibrio de aceite y humedad.